El viaje a Ítaca
Cuando llevas toda la vida desenado recorrer cada rincón del mundo, esperas con entusiasmo la primera oportunidad para poder echar a volar. Y entonces llega lo que tanto esperabas, una beca para poder estudiar en uno de los países que siempre quisiste exprimir.
Convences a tus padres de que 10830 km de distancia no son tantos, ni tampoco los 6 meses separados, ni mucho menos que no pasarás en casa las navidades. Preparas todo durante los larguísimos 6 meses que quedan para poder partir, consigues el visado, las maletas nuevas, etc. Todos los regales que te hacen hasta ese momento, son, irrefutablemente para tu nueva experiencia, a cada cuál mejor. Y llega ese día, el día en el que te despides de todo el mundo, en el que tu madre te pone una pulsera de un ángel de la guarda para protegerte, en el que tus abuelos lloran de pena porque su nieta no irá cada tarde a darles un beso, en el que tus amigos te dirán que hagas todo lo que ellos harían y más y en el que dejas atrás por unos meses, o quizás para siempre, tu antigua vida.
Y empieza tu viaje a Ítaca y esperas que sea como el poema que una y otra vez has escuchado por tus tierras...
"Cuando emprendas tu viaje a Ítaca pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias... Pide que el camino sea largo. Que muchas sean las mañanas de verano en que llegues a puertos nunca vistos antes."